El Palacio


Está situada en el centro histórico de Écija, cercana a la Iglesia Mayor de Santa Cruz y se asienta en el antiguo solar del  desaparecido Convento del Espíritu Santo de la Orden Dominica, cuyas importantes dependencias están integradas en el actual edificio junto a los añadidos barrocos de finales del siglo XVIII.
La Comunidad tuvo sus orígenes en uno de los baterios existentes en la ciudad a finales del siglo XV y nace gracias a la fundación de un patronato fundado por D.Cristóbal de Lossa en 1498. Una vez levantado el edificio fue instalada la clausura en 1518, siendo su primera priora Doña María de Rojas.
Como consecuencia de la Ley de Desamortización de Mendizábal en 1837, las monjas abandonaron el Convento, asentándose posteriormente el Marquesado de las Cuevas del Becerro. En 1843 el edificio fue convertido en Plaza de Abastos y en 1899 se instaló el Parque de Intendencia. Y desde 1949 la artística casa está habitada por los de Palma.
La mansión es una personalísima muestra de la arquitectura civil ecijana, cuya esquina fachada tiene una portada esculpida en piedra de Estepa con dos cuerpos, en el bajo pilastras dóricas sobre el pedestal con friso y cornisa con pinjante, enmarcan el portón ornamentado con clavos y en el segundo cuerpo de vano adintelado, campea el escudo del Marqués de las Cuevas de Becerro, con remate de perfil mixtilíneo y pináculos. El largo balcón en escuadra se cubre con guardapolvos donde se aprecian restos de pinturas murales con motivos florales.
Al traspasar la puerta nos encontramos con el apeadero, pavimentado con "chinos" donde se reproduce el escudo de Palma y a continuación el amplio y luminoso "patio principal" de forma cuadrangular, claustrado y de dos plantas. En la planta baja dieciséis arcos de medio punto sobre columnas dórico-toscanas y en la alta, otros dieciséis arcos "carpanel" sobre fustes marmóreos con basas y capiteles renacentistas, llamados de "castañuelas", posteriormente los arcos se cerraron con vanos adintelados y balcones de forja. Y en el centro del espacio, una sobria fuente de piedra de una sola pieza y de forma octogonal.
Desde el patio principal se accede al "patio de los naranjos" a través de una artística cancela de hierro, con una fuente de piedra del siglo XVIII y al fondo el antiguo pozo conventual, que según una antigua leyenda conecta con un pasadizo que llega hasta el río Genil.
Volviendo al apeadero y a través de un arco mixtilíneo de origen gótico, nos introducimos en un pasillo abovedado con aristas finalizado en arco de medio punto, con fustes y capiteles corintios de acarreo de època romana, que nos lleva a las espléndidas caballerizas, de colorista fachada de ladrillo y tapial enlucido en almagra.
Para subir a la planta principal pasamos bajo otro mixtilíneo de factura posterior, de donde arranca una hermosa escalera de un solo tiro y cubierta por media naranja sobre pechinas, que conservan restos de escudos nobiliarios pintados al fresco. De la clave cuelga una espléndida lámpara y la balaustrada de sencilla ornamentación en espiral, repite el notable trabajo de forja del balcón exterior. El conjunto está presidido por una pintura sobre lienzo de la Inmaculada firmada por Francisco de Morales en 1713.
El plano superior nos introduce en las galerías altas del patio, cubierta por vigas de madera y ladrillo por tabla, donde se exhibe una colección mobiliaria de diferentes épocas y estilos.